Insectos comestibles

3 de Abril de 2023 a las 15:53

Teniendo en cuenta que la población actual del planeta ya está esperando una crisis alimentaria mundial, en el futuro, los insectos podrían convertirse en una solución eficaz para satisfacer los requisitos nutricionales de una población en crecimiento.

Más de 1 900 especies de insectos comestibles se consumen en todo el mundo, y ya son una parte rica en nutrientes de muchas dietas nacionales.

Los insectos han sido el centro de atención en los últimos años, ya que los científicos buscan fuentes alternativas de proteínas para alimentar a la población mundial en rápida expansión. Una comparación nutricional directa muestra que las especies de insectos comestibles tienen un mayor potencial proteico que los productos cárnicos convencionales: 100 gramos de larvas de gusano de la harina producen 25 g de proteína, mientras que 100 g de carne de res contienen 20 g de proteína.

Los insectos comestibles son una fuente de alimento alternativa prometedora debido a su alta composición nutricional y producción sostenible. El valor nutricional de los insectos comestibles es igual o mayor que el de las fuentes de proteínas convencionales. Además, ahora se sabe que los insectos comestibles pueden proporcionar beneficios para la salud cuando se consumen y, si se cocinan o procesan de ciertas maneras, no representan problemas de seguridad para su consumo.

Los insectos también tienen una alta relación de conversión de alimentos en comparación con el ganado.

Los insectos comestibles tienen un importante valor nutricional y pueden ser adiciones saludables a nuestra dieta. Ofrecen energía, grasas, proteínas y fibra y, dependiendo del insecto, pueden ser buenas fuentes de micronutrientes como zinc, calcio y hierro.

La cría de insectos requiere un acceso mínimo a la tierra y al alimento, lo que brinda oportunidades de ingresos y medios de vida para muchos en las comunidades rurales y urbanas.

Hoy en día, los insectos comestibles se consideran una fuente excepcional de nutrientes, principalmente porque contienen proteínas, aminoácidos y vitaminas de alta calidad. Los insectos se consideran una fuente de proteínas alternativa prometedora para aliviar futuros problemas de escasez de alimentos a nivel mundial debido a que su producción se considera más sostenible al usar menos tierra y agua agrícolas, así como a liberar una menor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero.

Los insectos comestibles contienen compuestos bioactivos que pueden proporcionar diversas bioactividades, como antioxidantes, antihipertensivos, antiinflamatorios, antimicrobianos e inmunomoduladores con un impacto positivo en la salud humana. Los insectos comestibles son un alimento rico en nutrientes que puede proporcionar un medio de crecimiento perfecto para diversos microorganismos.

El cultivo de insectos en un ambiente cerrado o interior es un medio importante para hacer que los alimentos estén disponibles continuamente durante todo el año, ya que muchos insectos están disponibles en la naturaleza solo durante ciertas estaciones o meses. Es particularmente importante aumentar la escala (así como reducir el costo) y la eficiencia de la producción y el uso de insectos y alimentos basados en insectos para lograr el máximo impacto para mejorar el suministro de alimentos y reducir el impacto ambiental. Esto es especialmente crítico para las poblaciones urbanas. Este aspecto se volverá más importante en los próximos años a medida que disminuya el suministro de alimentos, los esquemas de ayuda del gobierno se vuelvan más restringidos y la población humana continúe aumentando, lo que representa una seria amenaza para la supervivencia. El número de personas de bajos ingresos desnutridas y sin alimentos aumentará tanto en las zonas rurales como en las urbanas. De hecho, la cantidad necesaria para tratar estas anomalías es mucho mayor que para la prevención.

El mayor peligro en todo esto probablemente radica en los intentos de modificar algunos insectos mediante técnicas de ingeniería genética, que pueden conducir a la aparición de insectos tóxicos, o insectos que de otro modo destruirían los ecosistemas existentes. Tales situaciones ya han ocurrido y uno de los casos más famosos es el incidente con abejas africanizadas.

Los insectos comestibles son beneficiosos para la salud humana porque pueden inducir actividades antioxidantes, antihipertensivas, antiinflamatorias, antimicrobianas e inmunomoduladoras.

La evidencia muestra que los insectos comestibles podrían tener un efecto positivo en la microbiota intestinal, ya sea por su efecto prebiótico o por su actividad antimicrobiana contra patógenos.

La evidencia sugiere que el consumo de insectos comestibles no solo contribuye con nutrientes de alta calidad (proteínas) a nuestra dieta, sino que también puede proporcionar otros beneficios para la salud y, al mismo tiempo, no representa un riesgo biológico y antinutritivo crítico para los humanos que será diferente de los presentes en otros productos alimenticios como la carne, los lácteos y las plantas.

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